¿Por qué algunos carnívoros rechazan a los veganos? Un estudio revela la psicología tras esta tensión

En años recientes se ha hecho cada vez más evidente cierta animadversión hacia el veganismo: chistes y burlas en redes sociales, comentarios de “los veganos son aburridos” o directamente el rechazo al comer con amigos que comen vegetales. ¿De dónde viene tanta tensión?


En años recientes se ha hecho cada vez más evidente cierta animadversión hacia el veganismo: chistes y burlas en redes sociales, comentarios de “los veganos son aburridos” o directamente el rechazo al comer con amigos que comen vegetales. ¿De dónde viene tanta tensión? Un estudio reciente de la Universidad de Vaasa (Finlandia), publicado en la revista científica Food Quality and Preference, aporta pistas claves. Los investigadores observaron que la rabia o el desprecio que sienten algunos omnívoros hacia los veganos no se basan principalmente en el sabor o la “suciedad” de la comida, sino en emociones profundas como la envidia, ligada a que el estilo de vida vegano refleja valores (salud, ecología, ética) que muchos consideran admirables.

  • Imágenes positivas vs. emociones negativas. El estudio mostró que al ver una lista de compras 100% vegetal (salchichas de tofu, dumplings de verduras, frutas, etc.), la mayoría de los participantes percibía al supuesto comprador como más saludable, ecológico y moralmente comprometido que alguien que compra carne. En otras palabras, los veganos inspiran admiración por su “estilo de vida consciente”. Pero paradójicamente, esas mismas cualidades generan sentimientos negativos en algunos carnívoros. Muchos admitieron sentir envidia, miedo, desprecio e incluso ira hacia quien opta por una dieta vegetal. De hecho, unos cuantos confesaron que preferirían excluirlos socialmente, evitarlos en reuniones o grupos, y actuar agresivamente con ellos.

  • ¿Envidia en lugar de repulsión? A diferencia de lo que muchos podrían pensar, la reacción no surgió de la idea de que los vegetales sean “feos” o “asquerosos”, sino de un malestar provocado por la propia percepción del vegano. Al verse retratados por alguien que cuida más su alimentación y el medio ambiente, los carnívoros sintieron una disonancia personal. Como explican los autores, para muchos personas “la comida es parte fundamental de nuestra identidad social” y las elecciones alimentarias veganas funcionan como un espejo incómodo. En sus palabras: “cuando las opciones vegetarianas despiertan emociones negativas, no es porque sean malas —sino porque hacen sentir mal a los demás”.

  • Estrés social y miedo al rechazo. Otro hallazgo importante fue que existe un miedo al aislamiento social. Dado que aún la mayoría de la población come carne, pasarse completamente al bando vegetal implica diferenciarse del grupo mayoritario. Muchos temen ser etiquetados de moralistas, aburridos o “raros” en la mesa familiar. Por eso evitan hablar de su dieta o directamente no prueban sustitutos vegetales para no destacar. En palabras de los investigadores, el “riesgo de ser vistos como diferentes o menos divertidos” hace que muchos permanezcan callados, a pesar de sus convicciones ecológicas o éticas. En suma, el veganismo puede percibirse como una amenaza al estatus social de los omnívoros más tradicionales, lo que activa emociones defensivas (envidia, angustia, rechazo) en lugar de diálogo.

¿Qué implican estos resultados?

Según el estudio, la “guerra de la comida” tiene mucho de psicosocial. Los consumidores de productos vegetales (hamburguesas de soja, leches vegetales, etc.) son vistos como personas casi admirables (más sanas, ambientalistas, éticas) y, al mismo tiempo, despiertan temor y resentimiento en quienes ven su estilo de vida como un desafío a las normas establecidas. Dicho de otra forma, se les admira y desprecia al mismo tiempo. La envidia juega un rol clave: quienes no adoptan ese régimen reconocen que, al menos en teoría, los veganos cuidan mejor su salud y el planeta. Esa conciencia genera malestar interior que se traduce en burlas, banalización o rechazo. El estudio incluso señala que personas con fuerte necesidad de estatus social tienden a sentir más enojo y celos hacia los “fanáticos” de lo vegetal que hacia quienes comen de todo.

Los comportamientos estudiados destacan que, pese a las reacciones negativas, cambiar a una dieta vegetal sigue siendo una de las decisiones más respetuosas con el medio ambiente y los animales. Entender la psicología de esta reacción puede ayudar a mejorar el diálogo: no se trata de convencer con argumentos de sabor o salud (ya saben que el veganismo suele ser más sano), sino de reconocer que para muchos carnívoros este cambio toca inseguridades profundas y necesidades de pertenencia.

El estudio revela que muchos rechazos al veganismo en realidad vienen de envidia e inseguridad social, no de razones racionales. Comprenderlo ayuda a mantener la calma ante comentarios despectivos: si alguien reacciona con burla es posible que en el fondo admire tus valores, pero tenga miedo de cambiar. Y si recibes críticas, recuerda que el cambio hacia lo vegetal resuena más allá del plato: desafía viejas costumbres y puede generar malestar en otros. Con empatía y diálogo, estas actitudes van cambiando poco a poco.


Fuentes: Estudio original de Malila et al. (2025) en Food Quality and Preference.

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