El debate sobre la producción de carne se ha acelerado, y la líder alemana de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), Barbara Otte-Kinast, volvió a plantear la cuestión de introducir un impuesto a la carne, que es algo que los activistas por los derechos de los animales han estado exigiendo durante años. "En la caja registradora sabemos que no se pagará voluntariamente. No tenemos que apostar por eso", dijo Otte-Kinast a la prensa. "Probablemente necesitemos un impuesto especial”, agregó.
En el verano, los políticos agrícolas de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y los Verdes se habían pronunciado a favor de un impuesto al valor agregado más alto sobre la carne. El diputado Albert Stegemann (CDU) dijo que un aumento de impuestos para la carne podría ser una "propuesta constructiva" a nivel de la UE.
Sin embargo, estos ingresos adicionales tendrían que utilizarse como una prima de bienestar animal para ayudar a los ganaderos de Alemania a convertirse en empresas más respetuosas con los animales.
Ningún estado miembro de la UE tiene un impuesto a la carne
En Alemania, la carne solo está sujeta actualmente al tipo impositivo reducido del 7% en lugar del 19%. El Ministerio de Agricultura estima que los alemanes gastan alrededor de 23.400 millones de euros al año en carne y que cada alemán come una media de unos 60 kilos al año.
Si se aumentara la tasa del IVA sobre la carne, esto significaría un ingreso adicional de 5.200 millones de euros para el estado, según los cálculos de 2016 de la Agencia Federal de Medio Ambiente.
En la UE, depende de cada estado miembro establecer sus tipos de IVA. Ningún país de la UE impone actualmente un impuesto a la carne, aunque Suecia y Dinamarca han estado debatiendo el tema durante años.
Pero también hay argumentos en contra de aumentar el IVA. Por un lado, los críticos argumentan que un aumento de precios de unos pocos centavos difícilmente tendría un efecto rector en la reducción del consumo de carne.
En segundo lugar, los ingresos no podrían destinarse a la cría de animales, ya que se incluirían en el presupuesto general federal de acuerdo con el principio de “cobertura total”, como dijo el Ministerio de Hacienda.
Y la Asociación de Agricultores Alemanes enfatizó que “ni el bienestar animal ni la protección del clima se cumplen si los agricultores alemanes continúan invirtiendo en estándares de bienestar animal más altos y el mercado se abastece desde países con estándares más bajos a precios más económicos”.
Precios más altos para reducir consumo
El debate subyacente es si los precios más altos de la carne deberían restringir principalmente el consumo de carne o si se utilizarían para mejorar la cría de animales. Si en España se adoptara la misma política una simple visita a la carnicería no sería igual si aplicamos el 21% de IVA general. Un pollo entero por ejemplo, que cuesta actualmente 4,98 euros, pasaría a costar 5,52. Una badeja de filetes de lomo valdría 2,88 euros.Y un entrecot de ternera pasaría de los 10,75 a costar casi 12 euros.
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