En algunas partes del mundo, miles de niños y adultos mueren de hambre cada pocos segundos. En otras, miles enferman y mueren por el elevado consumo de grasas y toxinas animales. El uso excesivo de recursos para incrementar y mantener a la población ganadera, ocasiona problemas tanto de carencias en los sectores pobres, como de excesos en los sectores opulentos y medios. En total, a la producción ganadera se destina el 70% de la superficie agrícola y el 30% de la superficie terrestre del planeta.[1] La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que el hambre crónica afectó a 1.040 millones de personas en el mundo.[2] En México el 18% de la población vive en pobreza alimentaria y el 12.5% sufre desnutrición crónica.[3]

Para producir un kilo de carne se requieren 7 kilos de cereal/grano. Con un kilo de carne alcanza para alimentar a 8-10 personas, en contraste con las más de 100 que podrían alimentarse con los 7 kilos de cereal/grano.[4] El Dr. Hugo Golberg es el Vicepresidente de la Asociación Argentina de Fitomedicina. Ésta es su opinión con respecto a las proteínas de origen vegetal: "La gente piensa que sólo la carne tiene proteína pero esto no es así. Algunos cereales, sobre todo en combinación con otros vegetales, son excelentes fuentes proteicas. En general, las proteínas vegetales son más variadas, completas, fáciles de digerir y económicas".[5]

El trabajo en los rastros

De acuerdo con un reporte especial titulado “El trabajo más peligroso en América”, [6] “desde 1970 el trabajo en los rastros se ha hecho altamente especializado, lo cual significa que los trabajadores están haciendo el mismo movimiento cientos de veces al día. Esto da como resultado lesiones por esfuerzo repetitivo que en ocasiones son irreversibles”.

El mismo reporte nos dice que en Estados Unidos, que es uno de los principales productores y consumidores de carne a nivel mundial, “las compañías se aseguran para que los trabajadores no se sindicalicen reclutando trabajadores indocumentados, manteniendo altas tasa de rotación y haciendo uso de tácticas de intimidación. Como resultado, los trabajadores de los mataderos están virtualmente desprotegidos en contra de los muchos abusos de la industria…  Algunos de ellos se encuentran con una mano desfigurada, una pierna amputada, incapaces de trabajar para el resto de sus vidas y sin seguro médico… Además, el trabajo es profundamente perturbador psicológicamente hablando. Muchos trabajadores desarrollan desorden de estrés post-traumático por ver tanta muerte día tras día, y muchos recurren al alcohol para olvidarse”.

El alto costo social de las granjas de cría intensiva

Las familias de granjeros se han convertido en cosa del pasado, gracias a la agricultura industrial. Ahora  4 compañías controlan  la mayor producción de vaca, cerdo y pollo. 

Un reporte encontró que dos granjeros se quedan sin empleo por cada empleo creado por las granjas industriales.[7] En 2008, la Pew Commission on Industrial Farm Animal Production divulgó los resultados de una investigación de dos años y medio y concluyó que “el bienestar social y económico de las comunidades rurales se mejora cuando hay mayor cantidad de criadores y no cuando hay menos granjas que producen mayores volúmenes. En las comunidades rurales donde las granjas de pequeña escala propiedad de habitantes locales han sido sustituidas por menores cantidades de granjas de mayor escala, los residentes han tenido ingresos familiares más bajos, índices de pobreza más elevados, menores precios de venta al menudeo, una reducción en la calidad de su vivienda y salarios persistentemente bajos para los trabajadores de las granjas de crianza…. De hecho, la industrialización aleja la inversión y la riqueza de las comunidades que cuentan con instalaciones de cría intensiva de animales”.[8] 

México tiene los estándares medioambientales más bajos para la agricultura industrial en América del Norte,[9]y no existen regulaciones locales para límites de granjas en localidades, concentración de animales o tamaño de las granjas industriales.[10] Esto genera graves problemas de salud pública.

El estiércol proveniente de las granjas industriales incluye peligrosas bacterias, químicos y gases como el amoníaco.[11] Por ejemplo, el perímetro de la ciudad de Valle de Perote, que está a solo dos kilómetros de la granja industrial más cercana,[12] tiene niveles de amoníaco 40 veces más alto que el promedio.[13] Perote es la ciudad que más carne de cerdo produce en el país.[14] Todos estos peligrosos componentes resultan en una amplia variedad de problemas de salud pública, tanto físicos[15] como mentales.[16]

Sin duda alguna, adoptar una alimentación vegetariana es una buena oportunidad de ayudar a paliar muchos de los problemas que padecen los sectores vulnerables de la población. Jamás subestimemos el poder que tenemos como consumidores.

Por Israel Miguel Arriola Toiber, Licenciado en entrenamiento deportivo, conferencista y docente en el área de ciencias de la salud de la universidad La Salle Nezahuálcoyotl.


[1] Steinfeld, H., Gerber, P., Wassenaar, T., Castel, V., Rosales, M., Haan, C., “Introducción”, LA LARGA SOMBRA DEL GANADO,  Roma, FAO 2006, p. 3 

[2] A Country Study: Etiopía (US Library Congress). 

[3] INEGI, 2010.  

[4] Gellatley, J. and Hardle, T., THE SILENT ARK: A CHILLING EXPOSÉ OF MEAT, HarperCollins Publishers Ltd., 1996. 

[5] Artículo cedido a AnimaNaturalis para difusión

[6] Schlosser, E., “The most dangerous job in America”, MOTHER JONES, trad. A. López, July/August 2001 Issue. 

[7] Ikerd, JE. THE ECONOMIC IMPACTS OF INCREASED CONTRACT SWINE PRODUCTION IN MISSOURI: ANOTHER VIEWPOINT. 2004, p.7. 

[8] Pew Commission on Industrial Farm Animal Production. PUTTING MEAT ON THE TABLE: INDUSTRIAL FARM ANIMAL PRODUCTION IN AMERICA. 2008, p. 49.

[9] Ponette-González, AG and Fry M. PIG PANDEMIC: INDUSTRIAL HOG FARMING IN EASTERN MEXICO. Land Use Policy 27: 1107-1110, 2010

[10] Ponette-González, AG and Fry M. PIG PANDEMIC: INDUSTRIAL HOG FARMING IN EASTERN MEXICO. Land Use Policy 27: 1107-1110, 2010

[11]American Public Health Association. PRECAUTIONARY MORATORIUM ON NEW CONCENTRATED ANIMAL FEEDING OPERATIONS. 2003.

[12] Ponette-González, AG and Fry M. PIG PANDEMIC: INDUSTRIAL HOG FARMING IN EASTERN MEXICO. Land Use Policy 27: 1107-1110, 2010.

[13] Wilson SM and Serre ML. EXAMINATION OF ATMOSPHERIC AMMONIA LEVELS NEAR HOG CAFOS, HOMES, AND SCHOOLS IN EASTERN NORTH CAROLINA. Atmospheric Environment 41: 4977-4987. 2007.

[14] Ponette-González, AG and Fry M. PIG PANDEMIC: INDUSTRIAL HOG FARMING IN EASTERN MEXICO. Land Use Policy 27: 1107-1110, 2010.

 [15] Schiffman SS, Walker JM, Dalton P, Lorig TS, Raymer JH, Shusterman D, Williams CM. POTENTIAL HEALTH EFFECTS OF ODOR FROM ANIMAL OPERATIONS, WASTEWATER TREATMENT, AND RECYCLING OF BYPRODUCTS. Journal of Agromedicine 7: 7-81. 2000.

 

[16] Schiffman SS, Sattely Miller EA, Suggs MS, Graham BG. THE EFFECT OF ENVIRONMENTAL ODORS EMANATING FROM COMMERCIAL SWINE OPERATIONS ON THE MOOD OF NEARBY RESIDENTS. Brain Research Bulletin 37: 369-375. 1995.