Más de un centenar de activistas protestan en Pamplona contra el sufrimiento de los toros en sanfermines

AnimaNaturalis y PETA denuncian la "sangre derramada" en los encierros y corridas que comenzarán la próxima semana en la capital navarra


Un centenar de activistas y simpatizantes de AnimaNaturalis y PETA protagonizaron ayer una contundente protesta frente a la plaza de toros de Pamplona en vísperas del inicio de las fiestas de San Fermín. Los manifestantes, vestidos únicamente con ropa interior y con los cuerpos pintados de rojo, denunciaron el sufrimiento y la muerte del casi medio centenar de toros que serán utilizados durante los festejos taurinos de la próxima semana.

La acción, que tuvo lugar en el callejón de acceso a la plaza de toros, presentó una impactante escenografía: una decena de activistas vestidos con ropa interior negra y cuernos en la cabeza simulaban ser los toros que corren cada día los encierros, mientras que más de un centenar de personas, desnudas y completamente pintadas de rojo, representaban "el largo reguero de sangre derramada por estos animales cada uno de los días que duran las fiestas", expresó Aída Gascón, directora de AnimaNaturalis en España.

Durante una hora, los participantes permanecieron tendidos en el suelo con los cuerpos entrelazados e inmóviles, mientras numerosos curiosos se arremolinaban a su alrededor. Tres de los jóvenes encabezaban la protesta mostrando carteles con el lema "Pamplona se tiñe de sangre" en castellano, euskera e inglés, un mensaje directo que buscaba impactar tanto a los vecinos de la ciudad como a los miles de turistas que comenzarán a llegar en los próximos días.

Decimoquinta protesta consecutiva en Pamplona

Gascón explicó a los medios de comunicación que esta era la decimoquinta ocasión en la que AnimaNaturalis lleva a cabo una protesta antitaurina en vísperas de Sanfermines. "Queremos decirle al mundo entero lo que significa el sufrimiento de los toros, no solamente al correr los encierros, sino también cuando terminan en la plaza por la tarde, cuando serán martirizados, torturados y finalmente asesinados", declaró la directora de la organización.

La performance pretendía simbolizar, según Gascón, "ese reguero de sangre, que mucha gente no ve y no es consciente de que existe, que dejan atrás los toros que corren cada día los encierros de San Fermín". La activista subrayó que la protesta no se limita únicamente a Pamplona, sino que se extiende al "sufrimiento y dolor que padecen los toros en todas las fiestas de España que los utilizan para divertirnos".

Los activistas, desplazados desde diversas ciudades de España —incluyendo una participante procedente de Mallorca— eligieron realizar la acción en la puerta principal de la plaza de toros con el objetivo de lanzar un mensaje claro sobre la crueldad y peligrosidad del maltrato animal en estas populares fiestas. "Los sanfermines pueden existir perfectamente sin corridas de toros, no estamos en contra de la fiesta sino en contra de la crueldad, la tortura y la muerte de animales inocentes", recalcó Gascón.

Una tradición "arraigada" que debe evolucionar

La directora de AnimaNaturalis en España considera que, "en una sociedad como la actual, en pleno siglo XXI, es una vergüenza seguir maltratando animales, torturando toros, solo con el fin de divertirnos en las fiestas". Por ello, Gascón sostiene que ha "llegado el momento de cambiar estas fiestas, de que evolucione y de que los animales no sufran", aunque reconoce que en Pamplona ese cambio representa "un hueso duro de roer porque es una tradición muy arraigada".

A pesar de las dificultades, la activista insistió en su esperanza de que la sociedad navarra "evolucione" y que, "como mínimo, si algún día hay alguna consulta popular, la población de Pamplona vote al menos en contra de que haya corridas de toros". Esta demanda refleja el creciente rechazo social hacia la tauromaquia en diversos sectores de la población española, especialmente entre las generaciones más jóvenes.

Turismo y tauromaquia: una paradoja denunciada

Desde AnimaNaturalis también cuestionaron el modelo turístico que sostiene los espectáculos taurinos en España. "Nos molesta que, a pesar del rechazo de muchos españoles hacia la tauromaquia, las corridas de toros se mantienen para atraer turistas, que en este caso vienen a Pamplona precisamente porque en sus países de origen maltratar animales está totalmente prohibido por la ley", afirmó Gascón, señalando una paradoja que la organización considera inaceptable.

Esta contradicción pone de manifiesto, según los activistas, cómo España mantiene prácticas que en otros países europeos están completamente prohibidas, utilizándolas como reclamo turístico bajo el amparo de la tradición cultural. La organización defiende que es posible celebrar las fiestas de San Fermín manteniendo su esencia festiva y su capacidad de atracción turística sin necesidad de incluir el sufrimiento animal como parte del entretenimiento.

Un mensaje de justicia animal

La movilización de ayer forma parte de la campaña sostenida que AnimaNaturalis mantiene contra todas las manifestaciones de maltrato animal en España. La organización considera estas prácticas como "una injusticia vital contra los derechos de los animales" y trabaja para visibilizar el sufrimiento que estos seres vivos padecen en nombre de la diversión y la tradición.

Con el inicio de los sanfermines previsto para la próxima semana, los toros que participarán en los encierros y corridas enfrentarán, según denuncian los activistas, una experiencia de terror, agotamiento físico y, finalmente, muerte en el ruedo. La organización cifra en casi medio centenar el número de animales que serán utilizados durante los ocho días de fiesta, todos ellos destinados a morir en la plaza de toros tras los espectáculos vespertinos.

La protesta de ayer en Pamplona se suma a las numerosas acciones que colectivos de defensa animal realizan cada año en toda España para denunciar el uso de animales en festejos populares. Aunque el camino hacia la abolición de estas prácticas parece largo, especialmente en ciudades con tradiciones tan arraigadas como Pamplona, organizaciones como AnimaNaturalis y PETA mantienen su compromiso de seguir visibilizando una realidad que, según defienden, cada vez más personas consideran inaceptable en una sociedad que se proclama defensora del bienestar animal.

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