Llevo toda mi vida amando a los animales y la naturaleza, apasionada de los documentales. Vengo de una familia en la que la carne es el plato principal, el plato estrella, en el que un día sin carne es impensable en casa.

Mi vida transcurre como el de una niña normal, pero comenzando desde muy pequeña a descubrir que hay cosas en nuestro planeta que me parecen injustas y destructivas. Aún recuerdo el primer día que haciendo zapping una mañana de mis vacaciones de verano, descubro la que fue mi primera y última corrida de toros. Recuerdo lo que  mis ojos pudieron presenciar, no tenía más de 11 años, recuerdo llorar muchísimo, sin entender nada y llamar a mi madre desesperada para que me explicara porqué estaba sucediendo eso, fue triste.

Es triste ahora de adulta saber cómo afecta en un niño la decepción hacia el humano y sus actos.

Van pasando los años y tengo claro de muy jovencita que no me vestiría nunca de un animal, que no me gustan los circos donde hay animales, pero hay un sitio en el que supuestamente tienen a los animales mimados, protegidos, y ese sitio se llama Zoo. La última vez que pisé un Zoo, me dije a mi misma ¡Nunca más! Fue con 18 años.

Creo firmemente que las personas con empatía hacia los demás ya sea persona o animal deberían descubrir lo que les pasa a los animales, lo que los humanos hacemos con ellos.

Pero no me cuestiono firmemente hasta mucho más tarde muy a mi pesar, el por que me como a esos animales que tanto admiro y amo, que tan poca diferencia tienen de mi perro y mi gato.

Comienzo a cuestionarme el porqué, por una muy buena amiga vegana que casi sin explicarme nada me hace ver que yo tengo corazón de vegana , es más, utilizo es frase exactamente. Tienes corazón de vegana y cuando estés preparada te hablaré de algunos documentales los cuales te enseñarán la realidad del consumo de carne. Cuando empecé a documentarme me pregunté a mí misma ¿Porqué no lo viste antes Fany? ¡Es una locura! Es algo tan inmensamente horrible, que no dude ni un segundo en que iba a dejar de comer a mis iguales. De hecho empecé como vegetariana y en menos de un mes ya era vegana. Creo que de verdad debéis informaros de lo que los humanos hacen con el mundo, de lo que consumimos y sus consecuencias.
¡Lo destruimos todo a nuestro paso! Hay cosas que se nos escapan de poder ayudar, pero en esto, podemos actuar ahora mismo. Y eso fue lo que me dio la respuesta para hacerlo.

No todo el mundo tiene empatía hacia los animales y no creo que no sea buena persona, le han criado así y él lo ve natural, pero no debemos ser necios con estas personas y debemos ayudarles a que conozca lo que verdaderamente sucede, que por más que llevemos años haciéndolo. ¡No por esa razón está bien! Que esa persona se detenga a pensar un solo momento y se cuestione porque esa otra ya no come animales. Cuando a mi me dicen: Ah ¿No comes carne? Asiento con la cabeza y repito:  No como animales. ¡Quiero decirlo de esa manera porqué la carne no es un trozo de algo que no es nada, la carne es un trozo de ser vivo encima de tu plato! Que muere de una manera cruel, que le tratan desde que nace de una manera cruel. Yo no quiero eso, yo he venido a este mundo para hacer el bien, para tratar bien a las personas, para ayudar a quien esté en mi mano hacerlo, creo que el amor prevalece en el mundo y tú puedes ayudar a mejorarlo. Si me lees y piensas “Pues yo no quiero hacerlo” lo respeto, tan sólo es cuestión de empatía y con la empatía se nace. También puedes influir en mejorar esa empatía, tú eliges qué tipo de persona quieres ser. Te puedo asegurar que cuando haces el cambio parece como si tú corazón se expandiera, es un crecimiento a todos los niveles, siento y se que es lo correcto.

¡Yo sabía que estaba en este planeta para algo y no sabía bien bien par qué! Y ahora sí, ya lo sé. El veganismo ha traído la plenitud a mi vida.