Hace ya unos cuantos años estaba sumido en una crisis muy seria, hacia ya un tiempo que mi cuerpo me pedía dejar de comer determinados productos, al principio fueron las carnes procesadas, luego el resto, este cambio sucedió un día, una decisión de mi para mi, un gran regalo que me hice, sin saber bien por qué. La cosa es que me decidí a dejar de tomarlo.

Soy consciente desde muy pequeño del sufrimiento que produce el obtener carne, en mi familia hay cazadores, taurinos, he ido con ellos cuando era pequeño, y no tanto, a cazar y a corridas de toros.

Sin embargo a determinada edad ví que yo si acompañaba a mis familiares a esas actividades no disfrutaba de la actividad, disfrutaba al ver al animal, libre en mitad del campo. Cuando iba a acompañar a mi abuelo al campo, nos poníamos junto a la ganadería de lidia que hay cerca y allí, él me explicaba las capas de los animales, mientras me tiraba tiempo viendo a los animales en libertad.

Años más tarde sentí, siendo ya vegetariano, que es lo que pasaba, desde pequeño había amado la belleza de dichos animales, y aunque me gustaba la carne no disfrutaba de ella como lo hago de la caricia de dicho animal.

El paso a vegano lo dí empujado por esa caricia de algún animal de cuando yo tenía pocos años y paseaba por los prados de Cantabria, acompañado de los datos, sólo necesitaba recordar esos paseos para que los datos destruyeran la última resistencia a abandonar esos productos. 5 años más tarde tengo claro que ha sido la mejor decisión que he tomado no sólo seguir una nutrición basada en vegetales si no sumarla a una ética vegana, que ya tenía muy asentada.

A día de hoy me doy cuenta de las ventajas, al volver a hacer deporte, al sentirme fuerte y recuperar marcas de rendimiento, que creí perdidas hace años. Gracias por darme la oportunidad de expresarlo