Sabemos que nuestro planeta azul está compuesto mayormente por agua, por eso es difícil creer que el recurso natural más precioso se ha vuelto escaso al punto de peligrar la futura producción de alimentos y la salud planetaria. Sólo el 2.53% del agua en el mundo es dulce y en su mayoría es inaccesible para nosotros (2/3 están atrapados en glaciares y hielos eternos). El resto se encuentra mayormente en las napas subterráneas.

De acuerdo con Sandra Postel, directora del Proyecto Política Global del Agua, el mundo descuenta 200 km3 de su “banco de agua” cada año. Esta sobre explotación tiene serias consecuencias para la futura producción de alimentos y la salud global. De hecho, el Instituto Observatorio Mundial clasifica el agotamiento de las aguas como un problema global tan grave como el VIH o la sobrepoblación mundial, tres problemas devastadores para nuestra especie.

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La polución y contaminación del agua empeoran el problema, con una tasa global de aguas contaminadas estimadas en 1.500 km3. La ONU sostiene que 1 litro de agua contaminada ensucia 8 litros de agua fresca, por lo tanto la contaminación de agua pura a nivel mundial bordea los 12.000 km3 cada año.

En su informe “Política de Abastecimiento y Saneamiento del Agua” del año 2000, la UNICEF y la OMS estiman que hasta hoy 1.1 billones de personas no tiene acceso a ningún abastecimiento de agua, mientras que 2.4 billones de personas no tiene acceso a agua potable ni sanitizada: “En consecuencia, 2.2 millones de personas en países subdesarrollados, la mayoría de ellos niños, mueren cada año por enfermedades asociadas a la carencia de agua potable segura, sanitización inadecuada y falta de higiene.”- Gro Harlem Brundtland, Directora General OMS y Carol Bellamy, Directora Ejecutiva UNICEF.

La situación se visualiza peor con el crecimiento de la población mundial y el crecimiento del consumo de agua per cápita, asociado al modo de vida occidental. Pues para asegurar nuestras necesidades básicas, todos necesitamos de 20-50 litros de agua potable y sin contaminantes, todos los días.

El reporte “Desarrollo del Agua” 2003 de la ONU predice que “a la mitad del siglo, en el peor de los escenarios cerca de 7 billones de personas en 60 países sufrirán escazes de agua, en el mejor escenario, 2 billones de personas en 48 países.” De hecho, el problema es tan serio que muchos consejeros medioambientales y políticos aseguran que en el futuro el agua competirá en escasez con los combustibles.

¿Qué pasa con el ganado?

Globalmente, la agricultura usa un 70% de las fuentes de agua dulce. Esta cifra es tan alta por la cantidad de suelos que deben irrigarse para hacer la agricultura viable, para aumentar y mejorar las cosechas. Pero también, las actividades agrícolas contaminan grandes cantidades de agua. La producción industrial de ganado contamina directamente las napas subterráneas, las aguas superficiales y los ríos a través del manejo de residuos ganaderos, e indirectamente a través del uso de pesticidas y agregados alimentarios (hormonas, antibióticos, etc.) para el ganado. Además, como ya hemos visto, gran parte de estas tierras son malgastadas cultivando pienso para el ganado en vez de comida para las personas. El agua usada en estas tierras –consumida directamente por el ganado—representa otra fuente de malgasto del recurso.

Existe bastante discrepancia en las cifras exactas de agua que se requieren para efectos de producción cárnica. El profesor David Pimentel, del Departamento de Ecología de la U. de Cornell, ha calculado que para producir 1 kg.de patatas se necesitan 500 lt.de agua, 900 lt.para 1 kg.de trigo, 3.500 lt.para 1 kg.de carne de pollo (comestible) y 100.000 lt.para 1 kg.de carne vacuna. Una estimación más conservadora hacen Beckett y Oltjen del Dpto.de Ciencias Animales de la U. de California: para producir 1 kg.de trigo se requieren 120 lt.de agua, y para 1 kg.de carne vacuna, 3.700 lt.de agua. Es interesante mirar un poco más de cerca estas cifras: sea en la estimación más radical como la más conservadora, la producción de carne vacuna representa un gasto escandaloso de agua comparada con la producción de vegetales o cereales.

Producir 1 kg.de carne requiere 2.800 kcal y 174 g. de proteínas. Producir 1 kg.de trigo requiere 3.300 kcal y 110 g. de proteínas (de los cuales 100 son para el ajuste de digestibilidad para humanos). De acuerdo a Beckett y Oltjen, 1 kg.de carne vacuna requiere 3.700 lt.de agua y 1 kg.de trigo requiere 120 lt. Si miramos en perspectiva estas cifras, vemos que mientras la producción de trigo nos da un promedio 27.5 kcal por cada litro de agua usada, la carne vacuna provee de sólo 0.76 kcal por litro. Esto significa que –basándonos en los datos más conservadores—producir carne vacuna requiere 36 veces más agua por caloría que el trigo. Cuando hacemos el mismo cálculo para la proteína digestible, el trigo es 18 veces más eficiente en el uso de agua que la carne vacuna.

Desde estos cálculos, producir un kilo de carne vacuna usa tanta agua como:

  • 40 lavabos
  • 300 descargas del WC
  • 100 veces la cantidad de agua potable por persona calculada por la UNESCO

Puesto que un gran porcentaje de las cosechas alimentan a los animales de países en vías en desarrollo, esta agua perdida no viene de nuestras reservas, sino de la cuota de los países en que el agua es más escasa. Un problema de justicia social y de inequidad.

Sobrexplotación y contaminación de los mares

Además de la contaminación acuática de la que es responsable la agricultura y la producción de carne, la pesca industrial esquilma sistemáticamente los mares, pescando cuotas que exceden los niveles de sustentabilidad, lo que tiene consecuencias desastrosas para la salud oceánica. Las tasas de crecimiento bajan y al mar le resulta cada vez más difícil recuperar el estado normal de las especies.

La pesca industrial además, es altamente contaminante y manipula las especies naturales para generar peces más resistentes, grandes, o que tengan propiedades especialmente beneficiosas para los seres humanos. Los salmones de granjas factorías, por ejemplo, han hecho bajar el nivel poblacional del salmón silvestre. Cada año, miles de salmones de factorías escapan de las jaulas marinas, compitiendo con los salmones silvestres por los alimentos, transmitiéndole sus parásitos y enfermedades. En muchas áreas de granjas salmoneras, el salmón silvestre casi no existe. La tasa existente entre salmones de granja y salmones silvestres es de 7:1.

Aún con estos problemas, la acuicultura tampoco es una forma sustentable de producir alimentos. Los salmones son alimentados con peces naturales o con alimentos hechos de peces naturales. Se necesitan más de 3 toneladas de peces para producir 1 tonelada de salmón de granja.

Pero éste no es el único problema de las granjas salmoneras: enfermedades y polución del agua también son parte de su producción. El nitrógeno y el fósforo de las granjas salmoneras, las heces y la orina causan eutrofia. Muchos residuos de las granjas salmoneras son tratados con químicos que envenenan la vida acuática local.

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