El cambio climático es la crisis más grande a la que ahora enfrenta nuestro planeta y la agricultura animal es una de las principales causas como también la causa de la erosión del suelo, polución del agua, y la disminución de la biodiversidad. Los animales de granja son responsables del 14,5% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, con las 20 principales corporaciones cárnicas y lácteas a nivel mundial que producen más emisiones de gases de efecto invernadero que toda Alemania.

El papel de los lácteos es así de significativo. Los procesos involucrados en la producción de leche de vaca incluido el transporte, la distribución, el procesamiento y el uso final, requieren de muchos recursos y emiten grandes cantidades de dióxido de carbono, que es increíblemente perjudicial para el medio ambiente. Hay más de 250 millones de vacas lecheras en el mundo y son necesarias grandes cantidades de granos y agua para alimentarlas así como también electricidad, combustible y agua adicional para mantener las granjas.

Sin mencionar el hecho de que los sistemas digestivos de las vacas hacen que continuamente emitan metano, uno de los principales gases de efecto invernadero y 25 veces más perjudicial que el dióxido de carbono. Óxido nitroso, incluso más dañino que el metano (unas 300 veces más potente que el dióxido de carbono) está presente en los billones de galones de estiércol que las vacas lecheras excretan también conocido como “purín”. Esto contamina nuestro aire y vías fluviales y es un peligro para la salud de cualquier persona que se encuentre a su alcance.

El impacto de los lácteos en números

Globalmente los lácteos tienen un enorme impacto negativo en el medio ambiente. Un reciente estudio de la Universidad de Oxford observó los promedios globales de emisiones, de tierra y agua necesarios para producir leche animal y leche no láctea, y encontraron una marcada diferencia en su impacto medioambiental. La leche animal produce casi 3 veces más emisiones de gases de efecto invernadero que cualquier leche no láctea.

¿Un solo vaso de leche al día suena significativo? Bueno, el mismo estudio revela que producir un vaso de leche al día por un año requiere de 650 metros cuadrados de tierra, el equivalente a dos canchas de tenis. Ese solo vaso de leche animal requiere 120 litros de agua para producirla lo que es un equivalente a una bañera de agua.

Solo en Reino Unido hay más de dos millones de vacas lecheras (la mayoría produciendo una cría anualmente) y se estima que la huella de carbono anual del sector lácteo es de 15.5 millones toneladas de dióxido de carbono.

Una alternativa más amable

El impacto ambiental de la producción láctea ha inspirado a muchas personas en todo el mundo a encontrar una alternativa a la leche de vaca. Si bien todo lo que consumimos tiene algún impacto, las leches vegetales tienen mucho menos impacto en el medioambiente independientemente del tipo de plantas que son utilizadas en su base.

La leche de avena es una excelente opción, requiere diez veces menos tierra y agua que la leche animal, y produce menos de un tercio de emisiones. La avena también se puede cultivar en varias partes del mundo, incluyendo Europa, por lo que pueden reducir las emisiones de envío.

A pesar de que la leche de almendra y de arroz necesita de mucha de agua para producirse, aún así utilizan alrededor de la mitad de agua que la leche animal. Y mientras algunos críticos marcan el gran daño ambiental causado por la desforestación para las plantaciones de soja, como un motivo para evitar la meche de soja, vale la pena señalar que la gran mayoría de la soja es para alimentar a animales criados para la carne y la leche, más que utilizado para el consumo humano.

Afortunadamente, la creciente demanda de leches vegetales nos ha traído muchas variedades deliciosas que son más amables con el medioambiente. Y si estas preocupado por la huella de carbono de los envíos y envasado ¿por qué no comprar tus granos localmente y hacer tu leche vegetal en casa? Cambiando a una dieta a base de plantas, podemos ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo.